La verdad sobre la verdad

Cada vez que veo un titular que comienza con «La verdad sobre…» comienzo a temblar.

Seguro que no me será difícil encontrar otro artículo que comience con «La verdad sobre…» el mismo tema y que me explique exactamente lo contrario.

Un día el azúcar es malo, y al otro día es saludable.
Un día la carne roja da exceso de colesterol, y al otro día no.
Un día la pepsi dice que la cocacola es malísima, y otro día la cocacola dice que la pepsi es todavía peor.

Y así seguimos según quién pague el sesgado estudio científico de turno.

Porque la verdad sobre la verdad es que a nadie le gusta la verdad, sólo imponer sus intereses sobre los intereses de la competencia.

Y puesto que soy humano, y amo equivocarme, no estoy fuera de este saco.

La verdad es que no sé qué es verdad y creo que lo que es verdad es lo más cercano a lo que me parece lógico, a lo que concuerda en mi mente con las anteriores piezas del puzzle.

Leo constantemente noticias y opiniones contradictorias sobre diversos asuntos, y en todas me encuentro con parte de la razón. Pero también en todas me encuentro con visceralidades hacia los que no aceptan «su verdad».

En todo caso, lo entiendo, porque peor aún que la intransigencia de la verdad es el relativismo de aceptarlo todo según el viento que sopla.

La duda es mortal en todos los casos, y es mejor elegir una verdad y pegarse a ella, aunque no lo sea, que estar dudando siempre. Es como los relojes parados, al menos dan la hora correcta dos veces al día.

Y si nos damos cuenta de que elegimos la verdad incorrecta, no seamos tercos y pasémonos al otro bando. Porque corregir nuestros errores es de sabios, y empecinarse en el error es… eso, de tercos.

Estar equivocados es lo normal en esta vida humana, así que, hagamos lo que hagamos y busquemos lo que busquemos, lo único y más difícil que vamos a encontrar es la verdad, si es que lo hacemos alguna vez.

Que esta vida son dos días, y, al final, de lo único que nos arrepentiremos es de lo que no hicimos. Por lo que la verdad de la verdad es que está muy bien que haya una verdad, pero que si no la encontramos, tampoco pasará nada, al fin y al cabo.

Eso sí, en algo hay que entretenerse en esta vida, y buscar dicha verdad siempre será una empresa muy loable y digna de pasar este corto rato que llamamos vida humana.