SÓLO EL CAPITALISMO NOS SALVARÁ

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Así, en letras mayúsculas.

¿No te lo crees? ¿Te han carcomido el cerebro con ideales socialistas y/o comunistas? ¿Esperas realmente una «salvación» en bandeja de plata?

Pues no estoy aquí para hacer amiguitos sino para reflexionar sobre lo que pasa y crear soluciones.

Y el modelo económico de esta sociedad actual es el FEUDALISMO, no el capitalismo. Éste es un hecho incuestionable para los que no se tragan la propaganda.

Quienes se quejan del capitalismo y actúan contra él son personas ignorantes, pero no las culpo porque han sido manipuladas para perder sus vidas meando fuera de tiesto.

Porque eso que llaman «la izquierda» es el otro lado de la moneda de «la derecha». Ambas se complementan y se necesitan para que el juego siga funcionando, para que este fraude diseñado se perpetúe.

Hay que luchar contra los gobiernos y corporaciones centrales y planificadores. Hay que luchar contra los controladores de nuestra individualidad. Hay que luchar contra cualquier tipo de dictadura que nos oprima. En el momento que se pase de este feudalismo actual a un modelo de socialismo o comunismo la seguiremos cagando.

Por ello, hay que ir al capitalismo real, al verdadero libre mercado, a la auténtica propiedad privada, a la individualidad responsable que se siente parte del todo. Sin derechas y sin izquierdas. A la verdadera democracia, sin duda.

Porque tienes que saber que los ricos quieren que seas pobre para manejarte a su antojo. Todos aquéllos que claman que están contra el dinero, ¿por que se levantan cada mañana para realizar trabajos que odian? Hipócritas.

Por supuesto que las personas están por encima del capital, el capital tiene que estar a las órdenes de las personas. No he dicho nada diferente, realmente. Pero hay capital, y por ello se llama «capitalismo». Por ejemplo, antiguamente en EE.UU. no se podía crear una empresa si no demostraba tener un fin social. Esa ley la derrogó Rockefeller Sr.

La propaganda va diciendo que hay que repartir la riqueza. Nada de eso. No sirve de nada repartir dinero si no se cambia antes la mentalidad de quienes lo reciben. Es lo que le pasa a la gente que le toca la lotería, en poco tiempo lo han perdido y han vuelto al punto de partida.

Hay que hacer como cuando le preguntaron a una madre de familia numerosa que cómo podía repartir su amor entre sus hijos. Y ella respondió de una manera sencilla: «el amor no se reparte, se multiplica.»

Ahí está la clave, en este mundo de abundancia, que, no lo dudes, lo es, no se reparte la riqueza, ¡se multiplica!

Hay que eliminar los bancos centrales y los gobiernos centralizadores. El dinero, que es una muy buena idea, tiene que ser creado por las personas que producen, individualmente, por su propio efuerzo e inteligencia. No tiene que haber ningún órgano de poder ni control económico, ni centralizado ni descentralizado.

Para que los ricos no nos manejen, seamos todos ricos. Desarrollemos nuestras capacidades como personas al máximo. No hemos vendo a este mundo para sufrir, sino para disfrutar de sus maravillas.

Ésta es la solución, y aquí la dejo para el futuro. Si quedan personas inteligentes tras la hecatombe actual, espero que sepan verla.

Ya digo, no estoy aquí para ser buenista. He analizado la situación tras años investigando cómo funciona realmente este sistema económico actual y me he mojado con esta solución.

Puede gustar o no puede gustar. Me da igual: ahí está, ahora ya la sabes.