De niño leía unas revistas que compraban mis padres que se llamaban «Selecciones del Reader’s Digest«.

Entre los artículos habían anécdotas y chistes.

Y entre estas anécdotas hay una que no sé por qué se me quedó grabada en la memoria, que es más o menos lo siguiente:

«A una madre de familia numerosísima le preguntaron que con tantos hijos cómo lo hacía para dividir su amor entre ellos. A lo que la madre respondió: ‘El amor no se divide, se multiplica.'»

Exacto.

Al igual que la riqueza no se divide, se multiplica.

Porque, al fin y al cabo, el dinero es una idea, y la riqueza también es un concepto que nos hemos inventado, por lo que podemos crear tanta como decidamos que sea necesaria.

Es una estupidez la situación actual en la que unos pocos han convencido al resto que ellos son los ricos y el resto no.

Así, hace más de 100 años  el autor Wallace D. Wattles, en su libro «La Ciencia de Hacerse Rico«, escribió:

«El hombre puede formar cosas en su pensamiento, al imprimir su pensamiento en la substancia sin forma puede causar la creación de la cosa sobre la que piensa.»

Es decir, todos los seres humanos podemos vivir en la abundancia si así lo deseamos.

La clave está en nuestra mente, en superar los obstáculos que creamos nosotros mismos.

La clave está en creer que podemos hacerlo, y al así creelo, lo conseguimos.

3 comentarios sobre “

    1. Exacto, y está en nuestra mano superar las dificultades y obstáculos que nos presenta nuestro entorno. No podemos usarlo como excusa para no alcanzar nuestros propósitos. Quedarse quieto culpando al entorno no es una opción.

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