La iglesia del Tibidabo, Barcelona, tapada por la niebla

Supongo que es algo habitual, pero ayer, tras realizar mi emisión en directo por YouTube desde la montaña del Tibidabo en Barcelona, bajaron las nubes hasta casi tapar la vista de la iglesia que allí se sitúa. Y ésta es la imagen que capté.

Llevaba años sin ir a ese lugar y estuvo muy bien que coincidiera con dicho espectáculo. Sólo por esta visión valió la pena la visita.

Mi cucurucho de helado gigante casi anual

Mi cucurucho de vainilla y avellana

Este año he vuelto con mis hijos a la heladería de los cucuruchos gigantes en Barcelona. Solemos ir una vez al año y coincide con los años que puedo permitírmelo.

Así que este año me han ido bien las cosas. Nunca estoy seguro de que al año siguiente pueda repetirlo.

Lo más divertido son la miradas de la gente que nos cruzamos, casi todos turistas, mientras saboreamos las bolas de helado caminando.

¡Y cómo de pringosa que ha quedado mi mano!

Que ha estado muy bueno y ha sido nuestra comida – almuerzo – de hoy. Es un pequeño lujo que aprecio muchísimo, esas pequeñas cosas que tiene esta vida.

Pues veamos qué pasa este año.

Buscando un lugar para el amarre de mi yate

Bueno, todavía no, pero esta tarde mis hijos y yo hemos estado un rato en el muelle de Barcelona, y hemos visto unos cuantos yates.

En realidad, hemos ido a Barcelona especialmente para comprarnos unos cucuruchos gigantes de helado en nuestra heladería artesanal favorita…El mío lo he elegido de vainilla y coco.

El tiempo ha acompañado, con cielo despejado y una temperatura rondando los 30°C.

Por el camino hemos paseado junto al Palau de la Música Catalana, y otros lugares…Ha sido un paseo ameno de unas tres horas, que hace más de tres meses que no hacíamos.